Louise d'Épinay, siglo XVIII
domingo, 29 de abril de 2018
Voluntad propia
El gran error que he estado cometiendo con mis
amigos y conmigo misma fue el de dar siempre preferencia a las fantasías de
ellos, sin pensar en lo que yo podía desear. Y por ese pequeño sistema descubrí
que la mitad de mis “amigos” eran, en realidad, mis amos. Tener voluntad propia
me parecía un crimen. Hacía miles de cosas inapropiadas con una disposición
igualmente inapropiada. Era una víctima perpetua, y no inspiraba gratitud a
nadie. Me cuestioné a fondo. Empecé a atreverme a ser yo misma. Ahora no tengo
consideración por los caprichos ajenos. Hago únicamente lo que prefiero, y me
siento maravillosamente por ello.
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