Leo Matamoscas,
experimento gráfico de Hans Hillman
sobre un relato de Dashiell Hammet.
Es impresionante: una historia policiaca contada con escasos diálogos y una única viñeta magistral en cada página.
Un detective duro y profesional, una hija
que se lía con un gánster y una pareja de estafadores que le piden al padre
dinero como si fuera ella: esta es la situación de partida. Pero ella ha muerto. Envenenada.
No voy a desvelar lo que pasa después, pero es bueno, muy bueno, aunque lo sombroso son
los dibujos, los escenarios, los cuerpos: en lo que parece tinta aguada
asistimos a un despliegue extraordinario de encuadres, picados, escenas de
grupo, paisajes urbanos, primeros planos de objetos, pistolas, coches, retratos
a lo Bacon, interiores teatrales, zooms, escenas de acción, rostros a lo Grosz,
silencios a lo Hooper…
Extraordinario.
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