domingo, 15 de septiembre de 2019

Golpéate el corazón, de Amélie Nothomb


Resultado de imagen de Golpéate el corazón</i>, de Amélie NothombA veces uno lee un libro y siente al acabarlo la necesidad imperiosa de comprar un montón de ejemplares para regalarlos por ahí. Exactamente eso me acaba de pasar con la última novela de Nothomb: es un auténtico prodigio, un dechado de lucidez, sensibilidad y penetración psicológica. Y todo ello empaquetado en una prosa sobria y tremendamente eficaz.

El asunto de la fábula, porque es lo que escribe Nothomb, fábulas, es la compleja relación entre madres e hijas. El tema, los celos, unos celos en estado puro sin la contaminación argumental que siempre supone el sexo. Moraleja también tiene, aunque esta es sin duda más sutil.

Qué sabia Nothomb.

3 comentarios:

  1. Me ha parecido una novela muy interesante aunque no llego a tu grado de entusiasmo por varias razones. [Alerta spoiler]
    - La primera parte es más sugerente y golpea con fuerza, pero en algún momento la novela se convierte en un desquite de la autora contra los trepas en general y los universitarios en particular.
    - El final truculento ¿realmente era necesario?
    - En esta novela las mujeres pueden ser complejas, ambiciosas, bondadosas, trabajadoras, retorcidas, huidizas... Los hombres son simplones, tíos que miran al techo y hablan poco o que tienen menos complicación que el mecanismo de un chupete.

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  2. 1. El desquite del que hablas es cierto, pero yo lo leí más universal, más como un “mira que hay trepas hijos de puta en el mundo” y también, y no es baladí, como un “las mujeres trepas pueden ser tan hijas de putas como los hombres trepas”. Esto último tiene particular interés dado el carácter femenino de la novela.
    2. El final… Sí es truculento y sí, puede que no fuese necesario, pero… Bueno, no sé. Las últimas novelas de Nothomb, como he señalado, son fábulas. En ese sentido necesitan un pincel grueso. También puede tener que ver con la edad: Nothomb y yo somos casi de la misma quinta y visto cómo va el mundo, unos navajazos filiales nos pueden parecer catárquicos. Además, son tan borgianos y tan freudianos…
    3. Sí, tienes razón, los hombres son de cartón piedra, pero ¿no me dirás que ese matemático tumbado en la cama mirando al techo mientras piensa en espacios topológicos no es espectacular?

    Dicho lo anterior, te diré que la novela no es perfecta, pero que a Nothomb se lo perdono porque estoy seguro que ni lo persigue ni le interesa. Pienso, y va en serio, que es una lúcida, fotos aparte.

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  3. Y gracias: es emocionante saber que alguien lee esto.

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