La representación en el Matadero de la trilogía teatral de Claudio Tolcachir formada por Omisión de la familia Coleman, Tercer cuerpo y El viento en un violín ha sido un acontecimiento. No se puede combinar con más inteligencia el humor y el drama. De hecho, utiliza unos diálogos rápidos e hilarantes para hacernos bajar la guardia intelectual y hacernos sentir, cuando más confiados estamos, como auténticos mazazos emocionales las peripecias de unas vidas despistadas que sobrepasan a veces las fronteras de la locura.
Si le unimos a esto unos actores magníficos, creíbles y entregados, pues eso, un placer.
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