
El mal líquido forma parte integrante del sistema.
Bauman ve en el optimismo una salida a todo esto, entendiendo por tal la creencia en que sí hay alternativa, fe que justifica porque el hecho de estar en el mundo y poder pensar y dudar ya es motivo de agradecimiento.
Entre las dos ideas anteriores está el resto del libro, un repaso a algunos escenarios sociales, políticos e históricos en el que se rastrea la maldad liquida.
Ni que decir tiene que lo del optimismo, en mi modesto entender, no se sostiene.
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