El protagonista vende
piedras que recoge en el lecho del río. Bueno, lo intenta, aunque no vende ni
una. Su mujer le desprecia porque no vale para nada. En otro tiempo se dedicó
al manga, aunque no recibía encargos y, cuando los recibía, no le interesaban.
También se dedicó a reparar y vender cámaras antiguas, aunque el negocio pronto
declinó.
Más que sin talento, se trata de un tipo
desubicado en una sociedad cambiante, un tipo sin energías, depresivo, como
parce ser que fue Tsuge. Al mezclarse esta circunstancia con el por sí lento tempo
japonés, leemos un tebeo melancólico, que a veces parece místico pero que tan
solo cuenta la historia de alguien que intenta vender piedras mientras
permanece tumbado debajo de su toldo.
Raro tebeo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario