El héroe de la novela es valiente porque
desprecia la vida; es seductor porque desprecia el amor; busca placeres para
huir del tedio, busca duelos, guerras, aventuras, para huir del tedio, pero
fracasa. Nada es suficiente, nada es demasiado. Así eran los románticos. Y así
es el romántico que todos llevamos dentro y que de vez en cuando aflora y dice,
pero, ¿esto te basta?
Me ha parecido muy interesante la
sinceridad del tipo, la crudeza con la describe sus sensaciones, su tedio, su
escepticismo, su perfecta insatisfacción. Siendo así, parece lógico preguntarse
si merece la pena seguir viviendo. Su respuesta es clara: “Pero sigue uno
viviendo, por curiosidad, en la espera de algo nuevo… ¡Absurdo y
decepcionante¡”.
De su carácter reflexivo da testimonio esta
magnífica frase: “Dentro de mí hay dos seres: el uno vive en toda la acepción
de la palabra, mientras que el otro piensa y le juzga”.
Intensa y reveladora. Romanticismo en
estado puro.
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