martes, 6 de diciembre de 2011

Sin embargo, a medida que la escultura se descarna...


... gana en profundidad. Mientras que las palabras pueden construir complejos y engañosos palacios vacíos, cuando la escultura crea formas vacías, como me hace ver mi amiga Ch., no importa, porque "aún así, están llenas".

Los retratos de Gargallo, los dibujos en el aire de Picasso, las esferas de Oteiza son ejemplos de líneas y superficies que crean espacio. Volviendo a Jaume Plensa, sus humanos, sugeridos superficialmente evocan sin embargo el interior del que parece no decirse nada, pero que resulta cálido, como si las redes de letras, o las mallas metálicas, lo arropasen afectuosamente.

En la impresionante plaza Masséna de Niza, Plensa encaramó unos conversadores en lo alto de finas y elevadas columnas. El efecto de noche es extraordinario: iluminados desde su interior, su color cambia y recorre el espectro con lentitud palpitante. Mientras conversan entre ellos, transmiten una extraña serenidad. En su sencillez, son espectacularmente evocadores.

Esa es la cosa.





Conversación en Niza
Jaume Plensa

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