Leo la versión, ya
completa, que ha hecho Pablo Auladell
de El paraíso perdido de Milton. Es magnífica, con unos dibujos
tremendamente expresivos llenos de misterio y potencia mitológica. El personaje
de Satán es espectacular, seductor, con su sombrerito ligero y su elegancia
socarrona. Y los toques renacentistas, y ese dios gordo, y los ángeles de
narices ganchudas, y la máscara de cordero (¿o de cabrón?) de su hijo, y la
guerra celestial…
Impresionante.
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