miércoles, 17 de agosto de 2011

La prepotencia de la verdad

Estamos tan acostumbrados a la libertad, a hacer de nuestra capa un sayo, a pensar que nuestras opiniones valen tanto como las de cualquiera que la Verdad, cuando no coincide con nuestra verdad, resulta intolerable.

Lo cierto es que el concepto de libertad choca con el concepto de verdad. Un caso evidente es el de la física: sus leyes, ya la palabra elegida dice bastante, no dejan demasiado espacio a la libertad. La gravedad actúa inmisericorde sobre casi todo y, por mucho que nos rebelemos, en cuanto nos descuidamos, nos caemos. Maldita fascista la física.

Pero pasa con casi todo lo demás. Si alguien apoya nuestra causa, genial, pero, si no es el caso, le despreciamos. Maldito aguafiestas. Llegó el sordo y jodió el concierto. ¿Por qué tiene que ser como él dice?
Yo lo entiendo, porque lo he sentido. Uno está convencido de algo, y lo defiende apasionadamente. Tienes los argumentos afilados, perfilada la idea. Y entonces, cuando menos te lo esperas, llega alguien y suelta la bomba que demuestra que estás equivocado. ¿Cuál es la reacción? Pues intentar anular a quien te contraría, desear que desaparezca, culparle de la contradicción o, como se suele decir, matar al mensajero, porque ese que desvela nuestro error no es más que un mensajero. ¿De quién? Pues de la verdad, de la maldita verdad.

La raíz del problema es que lo que queremos no es conocer la verdad, sino poseerla, es decir, tener razón, y resulta que son cosas muy distintas. La verdad no tiene por qué sernos favorable. Y lo que deseamos es que el mundo nos sea favorable. Pero primero están los deseos y luego la verdad. Primero las convicciones y luego la verdad. Y si la verdad dice que somos culpables de nuestros problemas, pues peor para la verdad, porque es obvio que la culpa de nuestros problemas es de otros, pero nunca nuestra.

Empecé hablando de la oposición entre libertad y verdad, pero, en realidad, la oposición es entre deseos y verdad, porque ni siquiera queremos ser libres: lo que queremos es que lo que deseamos sea verdad y, si es posible, obligatorio.

Pero, muchas veces, no es así, y nos jode. Maldita verdad.

13 comentarios:

  1. Me siento identificado con lo que dices, muchas veces planteamos los debates como pulsos o duelos dialécticos, como si nos importara una mierda encontrar la verdad, lo que queremos en realidad es derrotar al que nos contradice y que nuestra verdad sea la que salga victoriosa, tal vez lo de la selección natural sea válido no solo para los seres biológicos, sino también para los argumentos y las razones: a un lobo no le basta con ser fuerte y sano, además tiene que ser capaz de reproducirse y de esa manera transmitir sus genes a sus descendientes.
    Trasladando esto a los argumentos, no solo valdría tener razón, además tus argumentos tienen que ser difundidos y comprendidos por mucha gente etc, no sirve de nada tener razón si estás encerrado en tu cuarto y tu verdad solo la conoces tu porque está guardada en tu cabeza, tiene que salir a pelearse con otras verdades y luchar por la supervivencia.

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  2. Almazul, eso que comentas de la selección natural aplicada a las ideas es lo que se conoce como teoría de memes.

    En cuanto al tema propuesto, creo que dos palabras lo explican casi todo: orgullo y autoestima. El ser humano es muy orgulloso por naturaleza (esa es al menos mi sensación en la sociedad que me ha tocado vivir). Seguramente sea una característica muy útil para no sentirnos paralizados frente a los demás, para actuar, para defender lo nuestro, etc. pero con la contrapartida de hacernos muy poco tolerantes al cambio de nuestras convicciones, porque si lo fuéramos nuestra autoestima iría cayendo en picado a lo largo de nuestra vida puesto que nos sentiríamos en cada cambio (cada vez que una verdad u otra convicción contrariara uno de nuestros convencimientos) como imbéciles que somos y sentiríamos que toda nuestra vida anterior estaba basada en una falsedad: en definitiva, necesitamos un mecanismo para no llegar a la conclusión de que no somos nada, de que no valemos una mierda. Y ese mecanismo consiste precisamente en no aceptar la verdad cuando no nos conviene.

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  3. Imposición, orgullo, autoestima, sí, tenéis razón, de todo eso hay. Ayer mismo, la portada de un periódico bastante facha llevaba como titular a cuatro columnas lo siguiente: “La izquierda rabia por el poder de convocatoria del Papa”. Todo un ejemplo de periodismo y de amor cristiano. Porque la noticia no es que Madrid esté tomada por los cachorros católicos. Tampoco que haya voces disconformes con el modo en que se están haciendo las cosas. No. La noticia es que la izquierda, es decir, los otros, rabian. No les basta con estar, desde su punto de vista, en posesión de la verdad: necesitan, para sentirse bien, que los que no la tienen, rabien.

    Supongo que la inseguridad tiene mucho que ver en todo esto. Si cuantos me rodean piensan como yo, mi verdad, mis convicciones, están a salvo; pero, mientras haya uno que piense distinto, mi verdad corre peligro. Por eso las verdades compiten entre sí. Y por eso la gente gusta de rodearse de otros con las mismas ideas.

    Hablando de selección, se me ocurre que un exceso de amor a la verdad puede ser desestabilizador. Una sociedad en la que sus individuos estén dando bandazos continuos en su búsqueda del conocimiento puede ser muy inestable y tener pocas posibilidades de perdurar. Lo mismo con los individuos. Queremos saber de qué va el otro. De hecho, tener firmes convicciones, ser coherente está bien visto, pero no saber lo que se quiere es tenido como señal de debilidad.

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  4. En esta línea, el éxito de las religiones podría deberse a que ofrecen, ya empaquetadito, el cuerpo doctrinario de verdades que necesita todo Estado para ser estable.

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  5. Alberto, esto último que comentas, lo de los "packs" ideológicos, me parece muy interesante, es cierto, las religiones y los partidos políticos te ofrecen ya todo empaquetadito y pensado, no hace falta pensar nada, compras el pack ideológico completo y ya te viene con todo, como la mochila del peregrino: tu catecismo, tu libro de oraciones, etc.
    Muchas veces cuando discuto con alguien de política llega un momento en que mi interlocutor me dice ¿Pero bueno tu que eres? ¿comunista, anarquista...? Y hasta que no se lo dices no se quedan a gusto, una vez ya te pueden poner una etiqueta y te colocan en tu casilla correspondiente ya se quedan más tranquilos porque te tienen ubicadito y eso les da seguridad. A mí no me gusta definirme claramente, no porque no tenga las ideas bastante claras sino porque no me siento plenamente identificado con una ideología concreta y menos con un partido, mi pensamiento tiene diversas influencias, será por eso, porque pienso por mi cuenta y no me limito a comprarles los pensamientos ya prefabricados a otros.

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  6. Pues imagínate cómo serán las cosas para los que ni siquiera tenemos las ideas claras...

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  7. Yo creo que hay poca esperanza respecto a eso, al menos a corto plazo. Hoy por hoy nadie es capaz de establecer un sistema social y legislativo tal que no sea posible aprovecharse de él en perjuicio de los demás. Hay mucho trabajo por hacer en ciencias sociales, educación, psicología, etc. para conseguir que podamos vivir con cierto grado de utopía social, al modo que se ha alcanzado un cierto grado de utopía tecnológica.

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  8. Ando encabronado y con una (otra) crisis existencial, y me voy a desfogar aquí (lo siento)

    He perdido (otra vez) la fe en el hombre. Veo a mi alrededor (y en mí mismo, para que negarlo) actitudes, no ya es que no se crea en la trascendencia, en valores más allá de lo humano, sino en valores más allá de lo reptiliano: veo muchas ganas de sofocar instintos primarios, acumular dinero, poder, mujeres (u hombres) y una nula capacidad para utilizar algunos de los recursos del hombre, como son la conciencia de que hay algo más allá de tus narices, y de que eso que hagas tendrá una repercusión futura (y puede que no muy futura). Como aficcionado a la historia, para mí, toda ideología murió alrededor de mitad del S XX (y bien muertas por ambas guerras mundiales) desde entonces, como no se puede afirmar nada como real ni falso, es decir, como verdadero, toda verdad, toda ideología se ha radicalizado. Supongo que necesitamos verdades como necesitamos respirar, necesitamos creer que el sol saldrá y que estaremos vivos dentro de 5 minutos, pero también es necesaria la CONCIENCIA de que eso puede no ser verdad, una cierta HUMILDAD que nadie en este siglo va a asumir o enseñar a obtener a las generaciones venideras (si la forma de educar a los jovenes sigue tal como sigue ahora) porque esa HUMILDAD ya no es tan instintiva ni está arraigada entre esos instintos reptilianos.

    Para mí, la Verdad nace del choque de dos verdades subjetivas: yo puedo creer que puedo volar, salto desde un 5º piso y el choque contra el suelo me devuelve una verdad, que es que yo no puedo volar. Esa verdad puede obtenerse, como he dicho, o mediante un choque, o mediante una educación u orientación. El choque entre los de la JMJ y los 15M produjo la Verdad de que nadie estaba en posesión de la verdad (ni de las formas, en mi opinión) pero claro, puede que incluso el choque no haya clarificado a ninguno de los implicados. Lo que quiero llegar es que para mi, sí, el enfrentamiento no es Libertad vs Verdad, sino Instintos vs Consciencia (en el sentido de ánimal más consciente que los demás y más capaz de manejar su propio destino). Si físicamente se dice que desde que somos una célula hasta que que alcanzamos una cierta edad (creo que 5 años) somos un resuemen de la historia de nuestra evolución, creo que mentalmente somos iguales, hay gente que se ha quedado en reptil, gente que se ha quedado en mamifero, gente que se ha quedao en mono y algunos en hombre.

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  9. Y con respecto a Dios y la JMJ, sólo decir que me he leido las F.A.Q. ateas que escribiste, y me ha encantado eso de que un ateo no tiene que demostrar que Dios no existe, sino que es el creyente el que tiene que demostrar que Dios existe (lo aplicaré a partir de ahora,je).

    Y que me ha tocado las narices, por no decir otras cosas, el ver una comunidad de Madrid aconfesional volcada con la visita del representante de Dios en la tierra. Me parece absurdo, es como si quinceañeras se pegaran y arremolinaran alrededor del representante de Justin Bieber, je.

    Creo que voy a abrazar el ateismo definitivamente, mi conclusión, puede que nada original, es que no creo que un dios perfecto creara un mundo imperfecto. Como ya dije, nada original, pero es mi conclusión. Encuentro todo demasiado físico y humano, no veo nada extraordinario en una forma de ordenamiento de la materia más compleja, en una mota de polvo en medio de un espacio casi infinito. Y como ya dije, no veo ni un esbozo o intento de trascendencia en mis congeneres en este siglo loco que es el XXI (cito a Lisa Simpson, en una frase muy buena que es algo así como "El s. XXI es como el XX pero la gente tiene más miedo y la bolsa ha bajado")


    Si alguien tiene ganas de rebatirme, veremos si asumo el choque de verdades (o no ;))

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  10. Entiendo tu enfado Juan Antonio, y esta muy bien la imagen del nivel que alcanzamos cada uno a partir de lo de la recapitulación embriológica, pero, precisamente por ello, tenemos que ser comprensivos con nosotros mismos: a fin de cuentas, todos nacemos cromagnones, y si conseguimos diferenciarnos de los animales es gracias a una evolución cultural no encarnada que hay que repetir con cada individuo mediante su educación. El fracaso de las ideologías nos ha dejado huérfanos y sin verdades que transmitir a los nuevos cromagnones, y así nos va, tan animales como siempre.

    Necesitamos nuevas ideologías, pero tienen que ser realmente nuevas, distintas a las anteriores, no solo en sus postulados, sino en su estructura. Sabemos que las ideologías han fallado por sus presupuestos (la mano invisible, la bondad humana) y por llevar incorporado los medios para alcanzar sus fines (libertad para el ambicioso, anulación del ambicioso). Las nuevas ideologías deberían de partir de concepciones acerca del ser humano más ajustadas a su realidad psicológica y antropológica y dejar abierto el capítulo de los medios para poder ensayar y corregir sin necesidad de que esto suponga crisis terribles.

    ¿Seremos capaces? Pues no lo sé. Empiezo a dudarlo. Ese reptil que todos llevamos dentro es más fuerte de lo que nos gusta pensar y quizá haga imposible vivir sin verdades duras como garrotes con las que romperle la cabeza a los demás. Los choques de verdades de los que hablas cambian pensamientos cuando las verdades son pensamientos. Pero con muchísima frecuencia esas verdades son en realidad banderas que sirven para saber si estás conmigo o contra mí. El choque del otro día (¿15-m, por qué dices 15-m?) fue eso, un choque de fuerzas, no de verdades.

    En cuanto al ateísmo... chico, bienvenido a la soledad del cosmos.

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  11. ¿No fueron los 15M los que protestaron contra la JMJ? No sigo mucho ultimamente las noticias, sinceramente.

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  12. La manifestación laica fue convocada por la asociación Europa Laica y otras ciento cincuenta organizaciones más.

    Si lo he comentado no es por corregirte a ti, Juan Antonio, perdóname, sino porque en varios medios de comunicación ya he visto esto de adjudicarle al 15-m la oposición a la visita papal. Y es que con esta tendencia a la simplificación que tiene los medios, va a resultar que el 15-m monopoliza toda oposición al poder, y esto no es que esté ni bien ni mal, es que no es verdad.

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  13. Lo que comentas sobre el 15-M, Alberto, es cierto, aunque estoy seguro de que muchos de los que participaron en la manifestación, por no decir la mayoría, forman parte del movimiento 15-M o se sienten identificados con el, y por cierto, en la manifestación laica también participaron cristianos de base que también están en el 15-M.
    Al 15-M los revolucionarios de izquierda lo consideran un movimiento reformista moderado mientras que los de derechas le acusan de estar radicalizandose y volviendose demasiado de izquierdas, yo creo que lo que pasa, volviendo al tema de los catecismos, es que la ideología del 15-M no está hecha, se va haciendo sobre la marcha, el 15-M es lo que hacen la gente que está en él que son gente de diversas procedencias y hay varias tendencias, depende la zona dominan más unos que otros, no es lo mismo el 15-M de Madrid que el de Barcelona o Valencia, ya veremos como evoluciona la cosa

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