lunes, 26 de enero de 2009

El optimismo del abogado del diablo

No es que quiera hacer de abogado del diablo, pero si bien las posturas tipo “el mejor de los mundos posibles” son insostenibles, decir que este es el peor de los mundos tampoco es razonable, sencillamente porque sabemos que las cosas pueden ser peor.

Los humanos recalibramos permanentemente: rápidamente juzgamos la situación que vivimos como el punto de partido y valoramos a partir de ahí: no importa que nuestra vida mejore mucho en poco tiempo: en menos tiempo aún nos habituaremos, le encontraremos las pegas, y querremos mejorar.

Si queremos juzgar la situación del mundo con objetividad debemos buscar parámetros que nos digan objetivamente si las cosas están mejor o peor que antes. En este sentido, aunque parezca mentira, indicadores como la mortalidad infantil o la incidencia de las enfermedades contagiosas ha mejorado extraordinariamente en las últimas décadas. Hay una prueba de esto: el aumento imparable de la población.

Podemos fijarnos, por ejemplo, en la situación de la mujer: es verdad que en muchos países del mundo es terrible, y que en pocos lugares se puede hablar de igualdad plena, pero también es verdad que en otros muchos su situación no tienen comparación con la que ha vivido desde el neolítico.

No quiero parecer inocente o acomodaticio: hay tantas barbaridades de las que quejarse que no terminaríamos de enumerarlas. No se trata de decir que las cosas están bien. Solo pretendo apuntar que las cosas pueden mejorar porque, de hecho, en muchos ámbitos, lo han hecho. Yo soy lo suficientemente viejo para saber de primera mano que hoy, donde vivo, en España, se pueden hacer y decir cosas que hace no muchos años no se podían ni hacer ni decir.

Puede que las mejoras en unos lugares sean a costa de empeoramientos en otros. Quizá. Pero eso hay que demostrarlo antes de negarle toda posibilidad al futuro.

1 comentario:

  1. Es algo de lo que tambien me he ido haciendo a la idea con el paso del tiempo. Solo tengo que mirar mi propia evolución y las casas en las que he vivido... no ha faltado ni una sola en la que al final no acabemos diciendo que ojala fuera una casa mejor perdiendo la perspectiva de como era el primer agujero en el que vivimos.

    En lo referente a lo mal o bien que está España, solo tenemos que pensar en la noticia que escuché hoy en la tele, cada minuto mueren 9 niños de hambre en el mundo... ¿cuantos de esos lo hacen en españa? ¿y en europa?... eso si que es una crisis y no la de los bancos.

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