lunes, 5 de julio de 2010

Superstición y escepticismo

Escucho en la radio, en un programa de máxima audiencia, decir al locutor: “la victoria de Nadal es un buen augurio para la selección española”.

Aunque soy un completo ignorante en las cosas estas deportivas, he pensado que si se conectan los éxitos del tenista con los de la selección de fútbol es porque, en el pasado, se ha producido una serie apreciable de coincidencias que ha llevado al personal, por inducción incompleta, a conjeturar una “ley”.

Este procedimiento de la inducción incompleta es el que aplicamos de modo instintivo cada vez que descubrimos una regularidad, y forma parte de nuestra capacidad de aprendizaje. La idea es sencilla: si observamos que un fenómeno se produce en ciertas circunstancias, inferimos que en el futuro, en las mismas condiciones, se producirá el mismo fenómeno. Tiene sus riesgos, claro, (recuérdese el pollo de Russell, aquel que indujo a partir de la experiencia que el granjero le alimentaría día tras día), pero como punto de partida, y a falta de otra cosa, la inducción incompleta es utilísima. Gracias a ella aprendimos a creer en la salida del sol cada mañana, o que los embarazos viene precedidos de cópula, o que todos los humanos somos mortales.

Pues, como iba diciendo, al escuchar lo del augurio, presto atención a la radio para ver si lo explican: y sí, lo explican: si consideran que la victoria de Nadal es un buen augurio para la selección es porque una vez, UNA VEZ, que ganó Nadal también ganó la selección española.

Antes de indignarme y empezar a echar espumarajos por la boca y exabruptos contra estos imbéciles pagados de sí mismo que en la radio hablan de todo y contra todos como si de todo supiesen cuando no saben de nada excepto de estafar al personal con su ignorancia y su superstición, recupero un texto del 21 de abril de 2003 en el que trato el asunto con más calma:

Superstición y escepticismo

Los humanos somos increíbles captando regularidades. Como explica Gell-Mann en The Quark and the Jaguar, los sistemas adaptativos complejos (por ejemplo, los seres humanos) identifican regularidades en los datos que reciben y los comprimen en esquemas. Como todo proceso, puede realizarse erróneamente, bien confundiendo regularidad con azar o lo contrario. Por ello es lógico pensar que los sistemas adaptativos complejos hayan evolucionado hacia una situación de equilibrio en la que el reconocimiento correcto de regularidades se vea acompañado por las dos clases de errores. Podemos identificar estos dos errores con la superstición y el escepticismo.

El escepticismo generalizado es tremendamente pernicioso, pues imposibilita el aprendizaje al convertir el mundo en un caos incomprensible en el que nada podemos prever, ni perjuicios ni beneficios. Y la superstición no es mejor, pues nos lleva a ver reglas donde no las hay, a condicionar nuestro comportamiento según unas previsiones que sencillamente no se van a cumplir.

El típico comportamiento escéptico es el de aquel que para negar un fenómeno dice aquello de “no veo cómo puede ser eso posible”. Que la imaginación o los conocimientos de uno tengan sus limitaciones no es siempre un pecado. El mal está en confundir nuestra carencia con la imposibilidad real del fenómeno. Vamos, que porque uno sea incapaz de imaginar algo no por eso va a dejar de ser posible.

También caer en la superstición es más fácil de lo que parece. No se trata de que creamos que ver a un gato negro cruzarse en nuestro camino nos vaya a traer mala suerte: la sinrazón puede capturarnos más sutilmente. A todos nos ha ocurrido en alguna ocasión el siguiente y peculiar fenómeno: nunca hemos oído hablar de alguien hasta que un amigo nos lo menciona o hasta que oímos su nombre en una noticia llamativa. Entonces, como por arte de magia, nos encontremos con el dichoso personaje en todos los sitios: lo oímos en la radio, es citado en un libro, alguien le menciona, sale en la televisión... Nos sentimos perplejos, desconcertados, y empezamos a hablar de casualidad, la auténtica antesala de la superstición.

Pero todo tiene explicación: sencillamente nuestro cerebro, que constantemente está filtrando la información que captamos para eliminar aquello que no interesa y ahorrárselo al consciente, hasta ese momento nos había evitado todo lo referente a un personaje que nunca había llamado nuestra atención y que por tanto nos era absolutamente indiferente. A partir del instante en el que tomamos conciencia de su existencia la situación cambia radicalmente, el personaje pasa a ser importante y el cerebro empieza a comunicarnos cuanto recibe relacionado con la persona en cuestión por si fuese relevante.

Veamos otro ejemplo, ahora matemático: el número 31 es primo. Y el 331. Y el 3331. Al igual que lo son los números 33331, 333331, 3333331 y 33333331. La regla es obvia, ¿verdad? Pues puede parecer obvia, pero es falsa: el 333333331 no es primo.

Las casualidades existen. Pero no son productos de ninguna clase de agente extraño y misterioso. Sencillamente, nuestro cerebro selecciona de entre la plétora de fenómenos que observa a su alrededor aquellos que presentan regularidades. Podemos ver aparecer en una pantalla miles de números sin inmutarnos, pero no podremos evitar incorporarnos cuando aparezcan cinco seises seguidos. A lo largo del día captamos una cantidad inimaginable de sucesos sin prestarles la más mínima atención. Pero cuando dos sucesos parecen relacionados todas las alarmas empiezan a sonar y nuestra atención se focaliza en ellos y empieza a buscar desesperadamente las causas de aquella conexión. Es un mecanismo útil, tremendamente eficiente, y una de las máximas habilidades de los seres humanos. Pero, como todo, tiene su lado oscuro, que aparece cuando al no encontrar causas naturales a lo observado invocamos causas sobrenaturales.

La ciencia se mueve precisamente en la difícil frontera entre el escepticismo y la superstición, siempre intentando distinguir la casualidad de la regla pero procurando al tiempo no perder tampoco regularidad alguna por un exceso de escepticismo. De hecho, en multitud de ocasiones ha caído en uno u otro error, aunque su carácter colectivo ayuda a superarlos, pues siempre hay alguien que llena los huecos dejados por un investigador demasiado tímido o alguien que crítica y limita los excesos de otro demasiado optimista.

No hay recetas para evitarnos los tropiezos, pero sí actitudes que nos pueden ayudar: una de ellas es evitar los dogmas. Otra, ser despiadadamente crítico con las ideas, especialmente con las propias. Una tercera es aprender todo lo posible.

Se puede pensar que superstición y escepticismo son errores del mismo calibre, pero yo pienso, quizá influido por la edad, que no. Desde luego es malo ser escéptico, pero peor es ser supersticioso, porque los primeros suelen ir por libre, mientras que los segundos se juntan, forman iglesias e intentan venderte cosas.

10 comentarios:

  1. los temas de la Libertad Total. ;->
    Almazul, con los ejemplos que expresas, lo has dicho todo, nunca yo pense en ejemplos como estos para comentar lo que hago con el concepto de
    T. Kuhn. Lo que yo hago y NO se si lo hago con total conocimiento de sus teorias, hago un Time Shifting, paradigm time shifting, cuando hablo de la regresion en mis alumnos, obviamente no lo hago con el objetivo psicologico, (aunque las mas de las veces sale algo a flote) yo lo hago con el objerivo de que aprendan a distinguir, conjugar los verbos, los tiempos. Al final, si es que es asi, entonces vemos MUY brevemente esto de Kuhn y sus controversias.
    Sale a flote lo INconMesurable.

    Somos el resultado de lo que fuimos? Almazul, tu lo expresas con fotografias, nos. lo vamos acomodando, clasificando con los hechos, los actos y situaciones de mis alumnos. Ciertos hechos, actos que debi hacer en tal y tal tiempo y no en tal. Lugares donde debi haber estado o no estado, las gentes erroneas en mi vida, las que debi evitar o continuar. etc. etc.

    En este proceso o juego, lo que he observado y hago notas (para mi) es que los alumnos que han sufrido perdidas muy dolorosas, son los que se han hecho relativamente ADULTOS antes de tiempo. Pienso que nunca nadie llegamos a ser adultos, nacemos INcompletos y morimos incompletos.
    Los animales no. Ellos nacen completos.

    Los ninnos que se han hecho adultos antes de tiempo, algunos han sufrido amputacion de una pierna, un brazo, un cancer, perdida de la madre y mas.
    Los adultos que han sufrido muertes de seres queridos y MUCHO los alumnos que han sufrido decepciones tanto en lo "laboral". como en relaciones de amorios, matrimonios. En mis notas lo que mas tengo en los adultos, es relaciones co-dependientes donde el chaval busca senos, [echos llenos, caderas, piernas, lujuria ....el chaval busca la mujer exhibicionista, mas que la discreta sensual. Grande paradigma aqui.

    La chaval obviamente busca proteccion, seguridad ECONOMICA, el macho con titulacion, el macho que proveera, el pene tambien pero el pene no es parte tan crucial para las chavales. Ellas cuando revisamos sus hojas, sus Time Shifting o "Paradigm" time sh. ellas mismas observan que mas que nada se unieron al macho por seguridad, proteccion y AMOR, demandan amor las 24, los 365. No crecen aprendiendo que del amor se cae muy facilmente en la hermandad, lo que yo considero un aspecto mas casi de incesto fabricado. Kuhn habla de esto en otros estilos mas cientificos y hormonales, diria yo.

    Las chavales que tienen titulacion SON DISTINTAS, acomodan sus hechos y actos en maneras mas practicas, un tanto frias para el chaval que quiere sentirse necesitado, que desea la mujer dependa de el. La chaval con titulacion, acomoda sus hechos y actos en maneras que demuestran independencia, autosuficiencia y para algunos, frialdad porque NO es mielosa, es empirica.

    El chaval sin titulacion que en mis clases es raro, este acomoda hechos, personas mucho mas en el tiempo muy Preterito de su vida, mas que en los presentes continuos. El tiempo futuro le ensenna que hay que seguir en busqueda continua.
    En fin. Podria ahondar mucho, asi como a ti Alberto, el tema del acomodo de fotografias, es fascinante.
    Mis alumnos acomodan las "fotos" de sus actos, hechos, personas, todo en sus vidas y todo con el fin de aprender a conjugar los tiempos presentes, preteritos, los perfectos e imperfectos. Si ellos no quieren especificar hechos o personas, usamos Numeros o letras. Persona A, Hecho 1, 2, ....
    Te he dicho, en mi casa yo tengo las paredes por "temas" mis fotos estan acomodadas en temas. ;-DD

    Lo de la carencia de luz solar, son estudios que aparecen incluso en una serie que mencione en Tres Monos, se llama THE BRAIN.
    esta en el prog. de Charlie Rose y son varios episodios donde el ultimo sera parece en Dic. episodio mensual. ;->

    ResponderEliminar
  2. Bueno, a las idioteces que suelen publicar los periódicos, no hay que buscarle más explicación que la propia estupidez del que escribe algo como lo que comentas y a que con algo tienen que llenar la página para ganar dinero o hacérselo ganar a alguien, que luego tendrá que devolver el favor, o como pago de un favor (Que es el objetivo de un periódico. Lo de llenar páginas con información y/o con chorradas, es un medio).

    Me inclino igualmente por los escépticos, pues en general son menos tocapelotas. Sin embargo, yo tengo mucho que agradecer a una buena educación católica. La enorme brecha que había, en la mayoría de los casos entre como nos decían que había que ser y como veías que eran ellos, me abrió los ojos, me hizo pensar y me convertí en un ateo convencido, también en anticlerical y también menos confiado, lo cual me parece un equipaje vital bastante útil.

    Lo de buscar patrones, me da la impresión de que lo llevamos en el hardware.

    Me hace gracia cuando dices: Desde luego es malo ser escéptico, pero peor es ser supersticioso, porque los primeros suelen ir por libre, mientras que los segundos se juntan, forman iglesias e intentan venderte cosas.

    Igual es porque los tíos más plomos y más agresivos son los más supersticiosos. He aquí una explicación al proselitismo religioso. Bueno, lo dejo aquí antes de que este comentario degenere (más si cabe).

    ResponderEliminar
  3. Susan Blackmore, en The Meme Machine, da una curiosa explicación al hecho de que “los tíos más plomos y más agresivos son los más supersticiosos”. Basándose en la idea de que los humanos tendemos a imitar los comportamientos que observamos, conjetura que el silencio siempre lleva las de perder, porque los habladores propagarán el hábito del parloteo mejor que aquellos que prefieren el bendito silencio, y esto por una razón obvia: a los que hablan se les oye y se les ve más que a los calladitos.

    Un subproducto de esto, también obvio, es que las “ideas” de los habladores se propagan más que los de los silenciosos. Si tenemos en cuenta que el parloteador suele ser menos reflexivo que el silencioso, la consecuencia final es este cateto mundo en el que vivimos.

    [Nota: Blackmore no habla en realidad de hábitos o ideas, sino de memes, equivalentes culturales de los genes].

    ResponderEliminar
  4. La superstición tiene algo en común con la intuición y con los prejuicios, los tres son muy útiles porque sirven de sustitutos al pensamiento cuando no disponemos de la información o el tiempo suficiente para tomar una decisión basada en la razón pero también tienen su lado oscuro, cómo tu dices, precisamente porque sustituyen al pensamiento.

    ResponderEliminar
  5. De acuerdo con tu comentario Almazul y muy bien expresado. Merecería ser mío (que mala es la envidia)

    ResponderEliminar
  6. Hablo a toro pasado... pero me voy a permitir hacer una predicción según el mismo criterio sin sentido de ese reportero.

    España no ganará el siguiente mundial.

    No creo que Nadal sea capaz de repetir su victoria dentro de cuatro años ya que nadie se ha mantenido a nivel individual mucho tiempo en la cima, y ahora no es una sola vez la que ha ocurrido, son "DOS" con lo que se podría llegar la conclusión agorera de que la selección gana solo si Nadal gana a su vez.

    El corolario sería que esta es la única vez que España ganará el mundial...

    La misma superstición que se utiliza para buscar resultados positivos es aquella que se puede utilizar para los contrarios. Como da todas las respuestas posibles... en realidad no está dando ninguna.

    ResponderEliminar
  7. Outsider, de verdad te lo digo, casi se me saltan las lágrimas: después del empalagoso empacho mundialista, leer tus cínicas, escépticas y agoreras previsiones me ha emocionado y me ha hecho creer, por un momento, en un mundo mejor.

    Sin embargo, he de decirte que soy muy pesimista al respecto, y que empiezo a pensar que la selección española es capaz de ganar a partir de ahora todos y cada uno de los mundiales, aunque no sea más que por joderme a mí.

    ResponderEliminar
  8. [Espero, Alberto, que las razones de tu pesimismo sean un guiño a los simpáticos periodistas que pronosticaron la victoria de España]

    Es que necesitamos creer en algo. Las personas estamos más preocupadas por buscar una seguridad psicológica que una seguridad lógica. Como ya se ha comentado en algún otro post, actuamos más por razones emocionales que por razones estrictamente lógicas. Somos así. Eso explica el augurio del que hablaba el reportero respecto a la victoria de la selección de fútbol. Lo curioso del hecho es que en el fondo los propios comentaristas saben que están diciendo una tontería, llegan a una conclusión que es la que la audiencia quiere oír y ya está, si es porque Nadal ha ganado o porque hay una alineación de estrellas es lo de menos. Yo no me enfadaría, sé que no lo dicen en serio.

    A veces incluso nos gusta creer en ese tipo de cosas pues llenan esa necesidad de controlar o conocer la incertidumbre del futuro. Otros creen en lo que dicen las cartas o los astros. De esta manera nos quitamos la responsabilidad, dejamos tanto la solución al problema como la posible tragedia en manos de un poder superior que sus razones tendrá para que las cosas ocurran así. ¿Qué es Dios sino una explicación a lo desconocido y un responsable de todo lo que ocurre? Fijaros en toda esa gente que abraza la fe en situaciones muy adversas, cuando en muchos casos no eran creyentes previamente. Hay una necesidad natural de buscar una explicación a todo. El que la explicación sea racional es un lujo que no siempre nos podemos permitir.

    También es curioso ver cómo en algunas ocasiones la mentira, lo irracional, el engaño, se abren camino para instalarse en la realidad: la fe mueve montañas, una mentira mil veces repetida se convierte en una verdad, el efecto placebo funciona... Es decir, se convierten en medios para crear verdades, con sus explicaciones racionales. ¿Acaso nuestra razón no emergió de la sinrazón, de lo irracional?

    ResponderEliminar
  9. No, Asier, no es un guiño: es un gesto paranoico. Solo quiero añadir que la paranoia, siendo una forma patológica de superstición, no tiene porque ser mentira.

    ResponderEliminar
  10. A propósito de lo que has dicho de la paranoia, Alberto, se me ha venido a la mente una frase que creo que era del psicoanalista J.Lacan, decia, aproximadamente: "Un paranoico que esté convencido de que su mujer le pone los cuernos seguirá siendo paranoico y debera seguir siendo tratado como tal aunque se descubra que efectivamente su mujer le era infiel".

    ResponderEliminar