miércoles, 29 de junio de 2011

Like a prayer

Hay muchas formas de perder la reputación. Una es esta, pero, qué coño, hace mucho calor.

El vídeo que propongo es una tontería enorme, pero la canción, Like a prayer, cantada por Madonna y compuesto por la susodicha y Patrick Leonard, es el trocito de música más erótico que nadie ha compuesto jamás. Si no me creéis, buscad a alguien, tomaos algo muy fuerte y muy frío, poned el aire acondicionado, desnudaos y bailad. Luego me lo contáis.




PD: los del hemisferio Sur, amigos, si en vez de el aire acondicionado ponéis la calefacción y mantenéis el resto de la receta como os he dicho, os aseguro que el efecto es el mismo.

martes, 14 de junio de 2011

La novena sinfonía

Desde Beethoven, la novena sinfonía es algo especial. Desde luego, la suya lo es: grandiosa, emocionante, universal. También las respectivas novenas de Schubert, Bruckner, Dvorak, Mahler o Vaughan Williams fueron especiales para ellos, aunque solo sea porque fueron las últimas. Muchos vieron en esta coincidencia una maldición por la cual todo el que osase llegar a escribir una novena sinfonía se iba al otro barrio poco después. Y es que la superstición es ubicua.

Con estos antecedentes, es de entender que el mundo recibiese con expectación la noticia de la novena sinfonía de Shostakovich. Además, estamos en 1945, los aliados han ganado la Segunda Guerra Mundial, y el ambiente es propicio para algo monumental.

Entonces llegó el músico ruso y se rió de todo el mundo, tanto de aquellos que esperaban una respuesta a la novena de Beethoven como los que ansiaban, Stalin incluido, un enardecido y épico canto de victoria. Shostakovich, en vez de entrar al trapo, optó por escribir una burla, un juego, un monumento, sí, pero al sarcasmo, a la ironía, un divertimento.

Stalin se enfadó. Tampoco al personal le hizo mucha gracia, y la obra fue recibida con frialdad. Y es que a la gente no le gusta que la defrauden. Sin embargo, la novena sinfonía de Shostakovich es magnífica. Aquí tenéis el primer movimiento. Disfrutad.



PD: Shostakovich escribió seis sinfonías más después de esta.

Trastorno, de Bernhard

Si ha habido un tipo pesimista y misántropo, ese fue Thomas Bernhard. El dolor, la miseria, la degeneración, la mentira, la locura y el suicidio son los temas de alguien que interpretó el absurdo de la existencia desde su lado más oscuro y desesperado. En él se funden el dolor intenso, que sufrió toda su vida, y la lucidez extrema. Lo sorprendente es que, pese a todo, su escritura sea tan magistral.

Acabo de leer Trastorno, una de sus novelas más duras. Copio algunas de sus perlas:
  • ...era la única persona con quien podía hablar sin que nunca le resultara penoso.
  • Todos los hombres están más o menos locos, incluso mi hijo.
  • Cuando empezamos a pensar como andamos, pronto no nos es posible andar.
  • Todo está dicho. Sin embargo, el hombre sigue hablando.
  • Todo consiste en “aprender a morir y aprender a estar muerto.
  • Me esfuerzo al máximo por comprender otras cabezas distintas de la mía, pero no comprendo otras cabezas.
  • ¿Has aprovechado la vida? Cuando empiezas a preocuparte de ello ya es demasiado tarde.