miércoles, 27 de enero de 2010

Otra de héroes

Siempre me ha parecido bueno tener héroes. Primero porque somos animales imitadores, especialmente en la juventud y, dado que es así, no viene mal disponer de algunos modelos interesantes. Es lo que pasa en las artes: nadie nace con un estilo propio: este emerge de la original mezcla que el futuro artista construye escogiendo y rechazando de entre los materiales existentes.

En segundo lugar, pienso que es bueno tener héroes porque, antes o después, la experiencia muestra que dichos héroes están llenos de imperfecciones, lo cual nos lleva a desembarazarnos de ellos en un movimiento higiénico y liberador.

Yo, en algún momento de mi vida, me he querido parecer a Bugs Bunny, el señor Spock, el profesor Xavier, Ian Anderson, Harry Haller o Nietzsche, por citar solo algunos de mis héroes. En otros momentos han sido personajes más cercanos los que me han ofrecido formas interesantes de ser o de vivir. No sé si hay gente que se ha desarrollado sin héroes, pero yo no me imagino sin esos prototipos, paradigmas, puntos de fuga, focos de atracción, o como se les quiera llamar, que han sido para mí esos personajes. A estas alturas ya no lo son, pero siguen acompañándome como viejos amigos a los que, pese a conocer sus miserias, sigo apreciando.

Ahora bien: a todo movimiento de atracción debe oponérsele otro de repulsión, porque sino todo se hace una amalgama indigesta. En este caso, a la atracción del héroe se le debe oponer el espíritu crítico, que es el que, si se cultiva lo suficiente, nos acabará mostrando las fallas de los modelos y nos obligará con ello a forjarnos esquemas nuevos y originales.

Sin el espíritu crítico la admiración se convierte en fanatismo, y ahí la hemos liado, porque el fan, sea de un cantante, un político, un mesías o un personaje de novela, reconstruye el mundo en torno a su amado, y si algo no cuadra, le echa la culpa al mundo y tilda de hereje a quien no comulga con él.

A mí nunca me han insultado tanto como cuando se me ocurrió escribir que las películas Matrix y El señor de los anillos son basura, cosa que, naturalmente, sigo pensando.

5 comentarios:

  1. Basura hay mucha pero Matrix creo que tiene algo bueno: puede servir de excusa para iniciar un interesante debate filosófico, al fin y al cabo yo cada vez estoy más convencido de que vivimos en una especie de Matrix "ideológica", no son nuestros cuerpos los que están flotando en una especie de bañera mientras nuestra mente nos hace creer que caminamos libres por ahí, es al contrario: tenemos un cuerpo fisico real con el que nos desplazamos por el espacio pero nuestro pensamiento está atrapado en la red simbólica y en la ideología del poder aunque tengamos a veces la falsa sensación que actuamos libremente. Nuestros deseos no son innatos, se nos enseña a desear, sólo el "sentido crítico", como tú bien señalas, nos puede "liberar".

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  2. A mi no me disgustó matrix, igual la última parte se me hizo demasiado fantasiosa... bueno... más que las demás pero me pareció entretenida y original con enseñanzas para todos los gustos (o casi).

    Mi héroe fue el coyote... supongo que tuve héroes más clásicos pero no debieron serlo demasiado pues no recuerdo ninguno. Si, bueno, me gustaba bugs bunny, pero nunca lo ví como un héroe, ya digo, veía mucha más heroicidad en la voluntad que impedía al coyote abandonar a pesar de que habría podido evitar el hambre comprando comida enlatada marca ACME.

    De todos modos los héroes de ficción son prefabricados, a gusto del consumidor, y los reales, al final... también. Pues suelen ser hechos corrientes, al menos en las circunstancias en las que ocurren, que el oportunismo posterior acaba convirtiendo en heroicidades, mitos, leyendas, y también religiones y dioses. Solo hay que esperar lo suficiente para que una religión basada en el Guerrero del Antifaz, considere como prueba de su existencia el encontrar un cómic en una de esas cápsulas del tiempo que ponen debajo de los edificios oficiales.

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  3. Yo soñé con ser Bastián en Fantasía y me quedé en un Koreander a mala leche…

    Un poco triste… tener que compararse con lo que no podríamos ser para averiguar lo que si somos. Constructivo, sí, pero de algún modo también triste cuando comprendes lo inalcanzable que es compararte a según qué modelos. Tal vez por eso escogemos a esos en concreto, los para nosotros imposibles.
    En fin, mejor algo decepcionado con uno mismo que aspirar a ser beato.

    Un cordial saludo Alberto. Siempre es interesante y motivo de reflexión leerte.

    PD ¿Profesor Xavier? ¿En serio? ¿Alopécico y minusválido o sólo la parte del voyeurismo mental?

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  4. Mis héroes, así a bote pronto, han sido el pato Lucas (siempre a la sombra de Bugs), el pirata Garrapata (tengo un trauma y todo con el final del libro) Michael Jordan, Nietzsche, Blas de Lezo, Hector, Eneas, Lucky Luke, Yoda, Robert Kappa...
    Yo creo que a veces los superas, pero otras simplemente los dejas pasar (ya me gustaría a mí volar como Jordan), y son estos últimos, los que justamente hacen que te frustres, como dice Anónimo. Aunque es cierto, conocer tus limitaciones, refuerza tus capacidades.
    Y estoy contigo, Matrix 1, es salvable, pero la 2 y la 3 son un bluff. El señor de los anillos, no me he leído todos los libros, pero lo poco que leí no coincide, y el guión es muy hueco. Lo bueno es que es vistoso, tiene una foto y unos decorados preciosos, y a veces, con eso me conformo en una película. Me gustó la última del rey Arturo, y entiendo que la peli es chorra de narices, pero la foto, buf, tengo gravado ese contraluz del caballero en mi memoría, y la batalla en la bruma.

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  5. Sin duda la idea inicial de "Matrix", la de estar en realidad sumergidos en bombonas de caldo nutricio, es buena, muy buena, pero no es de los hermanos Wachowski, sino una vieja fábula filosófica que ejemplifica la imposibilidad de adquirir certeza a partir de la información proporcionada por los sentidos. En cuanto a tu interpretación del asunto, Almazul, me parece magnífica porque es más económica: ¿para qué meter a la gente en bombonas si podemos conseguir que hagan lo que queremos actuando sobre sus cerebros? Ya lo dijo Burroughs: “Un estado policial que funciona no necesita policía”.

    Outsider, mi preferencia por Bugs Bunny supongo que se debe a mi edad. En los crudos y fríos tiempos de mi infancia allá en el Pleistoceno, Bugs era el único personaje de televisión (incluidos los reales) que era cínico, socarrón, divertido, libre, egoísta y feliz. Estaba Lucas, pero Lucas era desgraciado. En cuanto al Coyote... joder, el Coyote no era para mí un héroe, era un hermano. Por cierto: me ha encantado lo de las cápsulas de tiempo.

    Yo ahora no quiero ser el “alopécico y minusválido” profesor Xavier, pero por aquel entonces sí. Que lo menciones, Anónimo, me ha hecho pensar que, en realidad, mis héroes fueron siempre de perfil bajo, con perdón de Nietzsche, nada inalcanzables en realidad: poco músculo y mucha cabeza. Supongo que un héroe de verdad hubiese sido Jordan, como dice Juan Antonio, pero ese asunto de volar siempre me resultó muy cansado.

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