viernes, 29 de enero de 2010

De matrices y anillos

Hace poco más de seis años, cómo pasa el tiempo, escribí en una sección de Epsilones que se llamaba El cuaderno rojo el siguiente texto. Como lo he mencionado hace un par de días, lo reproduzco aquí.


De matrices y anillos

A riesgo de ser odiado voy a decir lo siguiente: las sagas cinematográficas de El Señor de los Anillos y Matrix son pura basura.

Con esta afirmación no me refiero a su calidad técnica, que sin duda es increíble en ambas en lo relativo a cuestiones como fotografía, diseño de producción, efectos especiales, sonido, artes bélicas y demás.

Tampoco a la calidad de la historia, pues en ambos casos es tan escueta que prácticamente no existe: en la del Anillo consiste en “hay un malo, vamos a por él” y en la de la Matriz en un “hay unos malos, vamos a por ellos”, estando las horas intermedias rellenas de hechos “contingentes” y/o “accidentales”.

Ni siquiera voy a criticar la poca originalidad de ambas historias, basadas en leyendas y mitos ancestrales o en cuestiones filosóficas con siglos de antigüedad: revisitar a los clásicos, si se hace bien, siempre es enriquecedor.

Cuando digo que son pura basura estoy pensando en los valores que muestran.

1. Mesianismo

Frodo y Neo son “elegidos”. Son una especie de profetas sin profecías con una misión: salvar al mundo. No hay merito en ellos. Ni voluntad. Son lo que son porque sí, porque les ha tocado en la lotería del destino.

Lo anterior tiene una consecuencia inmediata: sus seguidores no lo pueden ser en virtud de los méritos de sus líderes, porque en principio los desconocen: les siguen porque tienen fe ciega en ellos.

El porqué de su elección y de la fe de sus acólitos es un misterio emparentado sin duda con el de la Santísima Trinidad (“Tres anillos”, “Trinity”).

2. Maniquieísmo

Los conceptos morales no son absolutos. Raramente podemos dibujar una línea y decir del lado de acá estamos los buenos y del lado de allá los malos. Y quienes dicen distinguir claramente entre unos y otros suelen confundir los valores humanos con el color de la piel o la cantidad de petróleo que se les puede robar.

Sin embargo, en nuestras películas preferidas la distinción es absoluta. Los buenos son buenísimos henchidos de amistad y deseos de salvar al mundo, aunque no sepan muy bien cómo. Y los malos, los malos ni siquiera son humanos: son monstruos o programas de ordenador con los que podemos olvidarnos de dudas o piedad: se les aniquila y listo.

Los humanos llevamos haciendo lo mismo desde hace miles de años: para poder matar al otro sin demasiado problemas de conciencia nos convencemos de que el otro no es tan “humano” como los somos nosotros mismos: a veces por su raza, a veces por su nivel cultural o por su religión, casi siempre porque sí, no vemos al otro tan humano. Y lo seguimos haciendo: como ejemplo basta ver cómo algunos líderes mundiales distinguen entre los muertos propios (“bajas”) y los ajenos (“daños colaterales”).

3. Violencia y heroísmo

Total, que durante horas nos dedicamos a luchar y matar/eliminar a cuantos más enemigos mejor para conseguir salvar el mundo. Y esto podría entenderse como un rasgo de realismo de ambas trilogías que no considero censurable: la violencia forma parte de la vida del humano y ocultarla es solo un ejercicio de hipocresía.

Lo que me resulta ofensivo es que los héroes hagan gala de un grado de violencia tan desmesurado. Lo que me parece preocupante es que sin el más mínimo pudor se exponga la alianza entre heroísmo y violencia y se ensalce de un modo tan obsceno la figura del guerrero.

El mal, si tenemos que ubicarlo en algún sitio, no es una violencia u otra: es la violencia. Podemos hablar de ella, exponerla, mostrarla hasta que hiera nuestra sensibilidad y nos haga revolvernos en el sillón o girar la cabeza. Pero ensalzarla me parece la mayor de las maldades.

4. Entertainment

Los anglosajones son los reyes de esto de la industria del espectáculo. Y hace mucho que se dieron cuenta de la atracción que causa sobre los humanos la violencia, siempre y cuando el espectador se identifique con el que reparte y no con el que recibe. Y sin duda nos encontramos ahora ante dos obras cumbres en este sentido. Hace unos días, cuando les manifesté a unos alumnos lo estúpido que me parecía que en Matrix la forma de comunicarse entre programas de ordenador fuese a patada limpia, uno de ellos comentó: “ya, pero ¿y las hostias que se dan?”.

El éxito multitudinario de ambas sagas habla bien a las claras del acierto y habilidad de sus productores y de lo patético de este escrito mío, condenado a ser leído por millones de veces menos gente que la que ha visto y verá Matrix y El Señor de los Anillos. Ellos, a fin de cuentas, tienen a favor la propia naturaleza humana, mientras que yo, triste de mí, abogo por llevarle la contraria.

A los que lean esto solo les pido lo siguiente: la próxima vez que pasen un buen rato en el cine viendo como la gente se pega y se mata, que se pregunten acerca de lo que pensarían de alguien que pasase buenos ratos viendo como la gente se pega y se mata.
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Nota (29-1-2010): me gustaría recalcar que en el texto anterior hablo de las películas, no de los libros de El señor de los anillos, los cuales ni había leído entonces ni he leído después. Lo he intentado, eso sí, pero el tedio que me produjeron sus cien primeras páginas fue tal que no pude continuar.

10 comentarios:

  1. Ja, ja, yo también me aburro con las, demasiado detalladas, explicaciones y descripciones de Tolkien.
    Tu escrito me recuerda un vídeo, de los mismos que hicieron el vídeo que te postee de la navidad, sobre los héroes de "pura cepa": elegidos con poderes que tienen que combatir un mal muy definido, sin dar explicaciones de por qué el otro es el malo, y sin dar explicaciones de sus métodos. Ellos decían que eran héroes "de derechas", y se preguntaban si exisitiría algún héroe "de izquierdas".
    Los únicos héroes "de izquierdas" que conozco, son los héroes de las novelas de Arturo Perez-Reverte "Cabo Trafalgar" y "La sombra del águila": héroes anónimos, de las capas más bajas de la sociedad, que no se preguntan si el otro es bueno o es malo, simplemente se defienden o atacan porque otro por encima de ellos les ha puesto en una situación en la que tienen que pelear por su vida. Y son héroes a regañadientes, y sus acciones, se entienden que son buenas sólo para su grupo o colectividad, no son buenas en general.
    Siendo abogado del diablo, a veces te apetece apagar el cerebro, entretenerte de manera irracional, y luego mantener la conciencia limpia sabiendo que todo era mentira. El hombre tiene un lado oscuro, que tiene que calmar de alguna forma.

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  2. Ciertamente, con ese análisis puedes considerarlas basura... pero entonces, dificilmente podrás considerar fuera del mismo saco a la mayoría de las películas de aventuras, acción, ciencia ficción o cualquiera que no se trate de una obra incomprensible de un genio incomprensible pues hasta en los dramones mediocres de cine de barrio podrás reunir buena parte de las características que mencionas... el pobre, paupérrimo al que un buen dios ayuda a llegar a un buen fin gracias a una canción que enternece al americano de turno (cosa que tiene mas mala leche de la que parece... al menos para mí), o incluso star trek, donde todo lo bueno está representado en los buenos...

    Pero es que el cine es simple, buenos y malos... y de hecho, la saga de matrix se vuelve aburrida precisamente cuando los malos no son tan malos ni los buenos tan buenos... ¿será que para vida real , ya tenemos la vida misma, esa que nos ha tocado vivir?

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  3. Juan Antonio, estoy de acuerdo con eso del lado oscuro y de que hay que apagarlo de alguna manera, pero no sé muy bien si ver dar patadas te tranquiliza o te da ganas de dar patadas. Pienso que tiene que ver, como siempre, con la cantidad de estímulos que uno recibe. Quiero decir que no es lo mismo ver una peli de Schwarzenegger a modo de desahogo y momento de enajenación que verla como el único momento intelectual de la semana. En el primer caso es como tomarse un pelotazo para narcotizarse un poco, cosa razonable con los tiempos que corren. En el segundo, sin embargo, es empaparse de la peor de las influencias posibles. Casi nada es bueno o malo en sí mismo, pero algunas cosas son particularmente nocivas.

    Outsider, la conclusión es obvia: el 99% de todo es una basura. Sí, es lo que pienso. Por otra parte, el 1% nos ofrece lo suficiente como para no tener que dar por buena cualquier tontería.

    En cuanto a Star Trek... verás, uno de mis propósitos de año nuevo de hace un montón de años fue no volver a discutir nunca jamás sobre cuestiones de gusto: si a la gente no le gusta Star Trek, ¿a mí qué más me da?, me dije. Por eso no voy a hacer proselitismo. Eso sí, te voy a pedir algo sobre algo concreto, y es que me digas dónde ves tú el mesianismo, el maniqueísmo y la violencia heroica en la primer de las película de cine de Star Trek.

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  4. Ni los psicologos se ponen de acuerdo en si, por ejemplo, los videojuegos son catárticos o estimulan la violencia, yo pienso que va por barrios, que cada uno es un mundo y recibe las influencias de manera particular. Yo, por ejemplo, me pongo muy nervioso si me molestan en pleno vicio pachanguero (vicio que me voy quitando poco a poco), pero luego no mato a la gente por la calle, ni robo a putas para luego apalearlas a batazos (¿alguien ve padre de familia?, hacen una parodia muy graciosa del asunto).

    En apunte friky, yo creo que la Santisima Trinidad de Matrix es El cerebro de matrix (dios) Neo (el elegido, jesucristo) y el oráculo (la paloma :P), que la Trini sería María Magdalena, y Morfeo un trasunto de Juan Bautista.

    Y en cuanto a Star Trek, no recuerdo la primera peli, pero después si está muy cargada, si no de mesianismo, sí de maniqueismo (los malos no son nunca los humanos), tiene bastante de violencia heroica, y además, de narcisismo de raza, ya que siempre eramos los más guays, por encima del resto.

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  5. Umm, acabo de recordar inmediatamente a lo posteado, que en la IV de Star Trek si eramos algo malos, porque venían buscando ballenas en la tierra, y nos las habíamos cargado a todas, teniendo que viajar al pasado y tal... pero es que lo que más recuerdo es la serie, y si tuvo sus momentos de fasers y lasers. Y lo del narcisismo atropocéntrico lo mantengo :)

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  6. Bueno, pues ya que te has puesto a comentar tus impresiones sobre las películas para las que todos no tienen más que elogios (yo me dormí en el cine viendo El señor de los anillos), me gustaría saber lo que te ha parecido Avatar a ver si eres capaz de sorprenderme con algo que yo no haya conseguido captar en la película. Porque reconozco que es impresionante en efectos, técnicas y bonito mundo imaginado, pero la historia... a mi me resultó de lo más vulgar y salí más que decepcionada por ello.

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  7. Sí, sí que había fásers y eso en Star Trek, pero los conflictos raramente se resolvían con una batalla. En cuanto a los malos, no había muchos en realidad, pues los conflictos solían estar producidos por malentendidos que acaban aclarando. De todas formas, hablar en genérico de una franquicia que tiene más de diez películas y no sé cuántas series de televisión no tiene mucho sentido, así que me callo.

    En cuanto a Avatar, me temo que no voy a poder sorprenderte, Elektra, porque yo también salí decepcionado. De Cameron uno no espera filosofía, pero sí una historia interesante, y la de Avatar es de una simpleza mayúscula. Está claro que su objetivo era vendérsela a toda la humanidad, y va camino de conseguirlo, pero me parece que el increíble espectáculo que monta hubiese aguantado un poco más de historia, algo más complejo que esta ingenua historia de indios buenos y vaqueros malos. Al menos, no es racialmente narcisista...

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  8. Joer, pues no sabes cuanto me alegra que alguien piense lo mismo. Estaba empezando a pensar que alguno de mis sentidos se estaba viendo afectado por la edad. Así que o estás en la misma fase de deterioro que yo, o los demás están muy mal. Si no fuera por ese despliegue de medios técnicos que adornaban la pantalla, la película es para dejarla a medias sin más. Y no acabo de entender tantos elogios, sinceramente.

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  9. No sé por qué hago esto, ya que este blog parece haber pasado "a mejor vida" pero me apetecía entonar un mea culpa, y este me pareció el mejor sitio:

    pido perdón porque hace poco volví a ver Star Trek I y me pareció maravillosa, una auténtica anomalía incluso para alguien que ya lleva tanto cine detrás (y la primera de Star Trek la debí de ver hace eones, porque no me acordaba ni sería auténticamente consciente de lo que estaba viendo) y aunque a estas alturas ya se note el cartón piedra y la ciencia y la tecnología que utilizan den un poco de risa, el argumento es completamente original, extraño y curioso incluso a día de hoy, donde en la ciencia ficción actual siempre tiene que haber un enemigo, algo a lo que enfrentarse, con mucha acción y unos buenos muy buenos y unos malos muy malos.

    Me he dado cuenta de que Star Trek es deudora de las novelas/películas de aventuras y marineros, y de esa ciencia ficción más reflexiva que trataba de como podían influir los avances tecnológicos en la forma de vida de las personas, más que en describir esa tecnología y sus espectaculares usos, un tipo de películas que por desgracia, ya han pasado de moda.

    Por último reseñar un punto que me pareció gracioso, y es imaginar el encuentro entre la voyager y esa civilización compuesta por máquinas, que al encontrarse con su "primo tontito del otro lado del espacio" sintieron tanta compasión por él, que le envolvieron en la nave más espectacular y de más alta tecnología jamás hecha para que siguiera con su trabajo, ja!.

    Saludos y larga vida y prosperidad :D

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    1. La primera entrega cinematográfica de Star Trek forma parte de una triada de películas que tratan magistralmente el tema del enfrentamiento entre criatura y creador en el único ámbito en el que ambos se pueden encontrar sin recurrir a la mitología: la inteligencia artificial. Me refiero, claro está, a 2001, Blade Runner y Star Trek. Tres máquinas (HAL, replicantes y V’ger), tres conflictos distintos y un solo creador, como debe ser: el hombre, que se encuentra con la horma de su zapato cuando sus creaciones se rebelan de una manera u otra.

      Sí, muy buena película, obra además de un artesano de los grandes, Robert Wise, capaz de filmar West Side Story, Helena de Troya o esa otra obra maestra del cine de cine de ciencia ficción: La amenaza de Andromeda.

      En cuanto al blog, Juan Antonio, yo no diría muerto, solo moribundo…

      Larga y próspera vida, lo cual, en los tiempos que corren, tiene mucho más significado del que podría parecer.

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