miércoles, 18 de noviembre de 2009

Creencias

Toda afirmación es en realidad una suposición y, en el sentido de falta de certeza, una creencia. Todos disponemos, porque las necesitamos, de un conjunto de creencias: creemos que existe el mundo, creemos que existen los demás, creemos cada día que va a salir el sol, etc. Algunos, muchos, creen además en otras cosas: fantasmas, espíritus, dioses... Estrictamente, la diferencia entre unas creencias y otras es de grado: para algunas la evidencia empírica es más o menos grande, mientras que, para otras, esta se reduce a cero.

Hasta aquí, bien. Los problemas surgen cuando las creencias se convierten, en las mente de algunos, en certezas. Entonces las suposiciones se transforman en dolor, guerra y muerte. Las dudas no matan. Las certezas sí.

Antídoto: empezar desde el principio, no dar nada por sentado y, sobre todas las cosas, dudar, siempre dudar.

20 comentarios:

  1. En el antídoto te delata la matemática... aun recuerdo las primeras clases cuando era necesario demostrar hasta que 1+0 era igual a 1. Por otro lado las llamas creencias... pero en el fondo se que habrías preferido llamarlas axiomas.

    ResponderEliminar
  2. Hasta "axioma" me suena demasiado fuerte. Prefiero "hipótesis".

    ResponderEliminar
  3. no se... una hipotesis precisa de los axiomas para poder averiguar si es cierta o no. Las verdades que se demuestran a partir de esos axiomas dependen de su veracidad así que cualquier afirmación será una composición de dichos axiomas y por tanto no hay nada que no acabe siendo reducido al nivel de creencia. De todos modos si la argumentación ha sido correcta, cuando se encuentra una contradicción, solo cabe replantearse el método o llegar a la conclusión de que el axioma era falso.

    ResponderEliminar
  4. ANTÍDOTO: quitar al que CREE y, si no hay nada,
    es que todo era creencia.
    El que cree [bla bla bla]
    ------------[...........]

    ResponderEliminar
  5. Outsider, solo necesitamos axiomas si hablamos de matemáticas, y solo si nos movemos en el terreno de las matemáticas axiomáticas. En el caso de las hipótesis físicas, para la mayoría el único criterio de verdad es el experimento, la respuesta de la realidad, aunque algunos hayan defendido criterios de tipo estético.

    Anónimo, me gusta tu antídoto.

    ResponderEliminar
  6. No creo que una creencia, por el hecho de convertirse en certeza, se vuelva peligrosa por si misma.
    Más que reevaluar tus creencias, lo que tendrían que venir es con un "manual de instrucciones", con la norma básica de que tú puedes tener cualquier creencia, e incluso convertirla en certeza, mientras no haga daño a nadie.

    No sé, es como la creencia/certeza de que dios existe: hay gente que viene a darte el coñazo con que creas, que te unas a tu religión y que eres idiota por no creer, y otros que la viven de una forma íntima, sin molestar a nadie, e incluso entiendiendo que su forma de creer en dios no tiene porque ser la de los demás.

    ResponderEliminar
  7. Estoy de acuerdo con eso de que cada uno puede creer en lo que quiera siempre que no haga daño a nadie. Lo que no veo claro es que se puedan tener certezas y no pretender imponérselas a los demás.

    En cuanto a lo de convertir las creencias en certezas, naturalmente cada uno puede hacer lo que quiera, pero, ¿por qué hacer algo tan absurdo?

    ResponderEliminar
  8. Será absurdo... pero ha sido algo bastante común... de hecho recuerdo uno que dijo aquello de "si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad"... se empieza por inventar un cuento, despues otro cuenta el cuento que se inventó el primero, el siguiente olvida que se trataba de un cuento y se convierte en leyenda que si está escrita... mejor. Así de mentira, pasa a creencia y posteriormente a certeza... Goebbels podría haber añadido mucho al respecto.

    ResponderEliminar
  9. Sí señor: y es que ya lo dijo Sturgeon: "El noventa por ciento de todo es absurdo", aunque yo diría el noventa y nueve...

    ResponderEliminar
  10. "Cuando se ha salido del círculo de errores y de ilusiones en el interior del cual se desarrollan los actos, tomar posición es casi imposible. Se necesita un mínimo de estupidez para todo, para afirmar e incluso para negar."

    Para mí, todo se resume en esa frase de Cioran; una vez que no te puedes agarrar a nada, da igual en lo que creas, y da igual, para mí, que te lo tomes como simple creencia o como certeza.

    También entiendo que el hombre, por natural, no es capaz de tener una creencia-certeza, sin querer imponérsela a los demás.

    En cuanto a lo de que el salto de creencia a certeza es absurdo, a mi no me lo parece tanto, solo hay que indagar en cualquier religión: el hombre es el centro del universo, tiene un cometido claro, dios lo resucitará cuando muera, etc. El hombre necesita esas certezas para levantarse cada día por la mañana, quien no lo necesitara, sería un autentico superhombre.

    ResponderEliminar
  11. Me ha gustado la cita, mas en realidad el matiz que no menciona es el tamaño del círculo. Cada cual tiene el suyo particular y cada época marca el radio medio del mismo. Hubo un tiempo en el que los medios de transporte marcaban el radio y el centro se fue desplazando de una civilización a otra.

    Por supuesto que sigue existiendo gente que cree que el centro del universo es el hombre, pero tambien los hay que siguen pensando que la tierra es redonda o que el sol gira alrededor de la tierra... cosa que no es del todo incierta... ya que el movimiento siempre es relativo.

    Pero yo no considero que necesite ninguna certeza para levantarme por las mañanas, de hecho como diría un sabio japonés, "solo en medio de la actividad desearás vivir eternamente" y así, el desconocimiento del mundo que me rodea y aprender sobre el mismo, ampliando mi circulo y no reconociendo ninguna certeza como absoluta, es lo que me anima a seguir día a día... y no me considero un superhombre por ello.

    ResponderEliminar
  12. Si las acciones de los hombres se asientan en creencias previas, el no revisar estas creencias o sea ponerlas en duda permanentemente, nos puede llevar a cometer nefastos errores, el peor de ellos la guerra, creo.

    ResponderEliminar
  13. Es curioso la cantidad de comentarios que se producen cada vez que se toca un tema relacionado de algún modo con la religión, he estado revisando las entradas publicadas y la mayoría de ellas no tienen más de 1 o 2 comentarios, algunas ninguno, en esta ya van 12, está claro que tanto a los creyentes como a los ateos es un tema que nos apasiona

    ResponderEliminar
  14. Almazul: justo en lo que escribes he estado pensando esta mañana: pese a dedicarle tiempo y empeño a la escritura de textos relativos a asuntos que a mí me parecen importantes, no he conseguido, sin embargo, ninguna repercusión, mientras que con un par de párrafos acerca de la creencia consigo generar un debate desconocido en esta poco transitada bitácora. Y es curioso porque la entrada ni siquiera habla de religión en sentido estricto, sino de algo mucho más abstracto: las creencias.

    Yo tengo creencias. Creo que mañana va a salir el sol. Y no lo creo porque la ciencia y la tecnología me hayan dado pruebas de que es algo que va a seguir ocurriendo durante los próximos cinco mil millones de años. Evidentemente, toda evidencia ayuda, pero la verdad es que si creo en el próximo amanecer en por costumbre, por eso que Santayana llamaba “fe animal”.

    Es verdad que desde Hume sabemos que la causalidad en realidad está injustificada, que lo que creemos leyes en realidad son contigüidades repetidas, que nada justifica pensar que las cosas van a ocurrir siempre de la misma manera. Pero lo cierto es que en el corto periodo de tiempo que nos toca a cada uno transitar por el mundo percibimos multitud de fenómenos que se repiten una y otra vez. Y no nos ha pasado solo a nosotros, sino también a nuestros ancestros, lo cual ha provocado que esta “fe” en la causalidad se haya grabado a fuego en nuestros genes. Dicho en corto: somos genéticamente crédulos.

    Siendo así, no es de extrañar que el tema de la fe y de las creencias, el tema del conocimiento y de su justificación, nos afecte a todos. A fin de cuentas, es algo que está en nuestra esencia. Precisamente por eso, por ser esencialmente crédulos, la duda surge como el criterio de demarcación entre los humanos y el resto de anima les, al menos hasta donde sabemos. Lo que quiero decir es que si podemos jactarnos de ser distintos de los demás no es por nuestro cociente intelectual, o por sentir amor, o por tener creencias, sino por la capacidad que tenemos de poner en cuestión nuestras propias creencias.

    ResponderEliminar
  15. Estoy totalmente de acuerdo, es nuestra capacidad para poner en cuestión nuestras propias creencias lo que nos hace diferentes, yo lo expresaría con una parábola: Imaginemos que hemos nacido en una especie de paraíso dónde no tenemos necesidad de trabajar para vivir ni existen las emfermedades, ni tenemos que pagar hipotecas etc... Todo el día jugando, bailando o entregados a nuestros hobbies o practicando el sexo.
    Solo un pequeño detalle perturbador: este paraíso esta rodeado de un muro muy alto que no permite ver lo que sucede al otro lado ¿podriamos seguir viviendo tranquilamente y disfrutar de los placeres a este lado del muro, sin preocuparnos de lo que hay detrás?
    Ese espíritu que nos empuja a querer saber aún a costa de poner en riesgo nuestro bienestar (pues puede que lo que descubramos no sea muy agradable o suponga el fin de nuestro paraíso)ese espíritu digo, es la "esencia" por decirlo de algun modo, del ser humano.

    ResponderEliminar
  16. Es que cuando se tocan este tipo de temas se entra en una dinámica de réplica y contraréplica en la que por lo general solo se convence al que piensa lo mismo... vamos, que no se convence a nadie.

    Almazul, yo creo que ese bienestar que describes no existe como tal ya que en realidad el bienestar es relativo. Si nunca hemos pagado una hipoteca, nunca hemos sentido dolor severo o ninguna preocupación de las que conocemos, nos faltará el valor de referencia que fije en que situación nos encontramos y un simple arañazo con una rosa será un trauma, una manzana que solo alcanza aquel que mide 1 cm más que nosotros, una fuente de envidia y así sucesivamente hasta encontrar todos los problemas que tiene cualquier persona.

    Por poner un ejemplo, seguramente no te hayas percatado del paraiso en el que vives, donde el agua sale de un grifo en tu casa y se puede beber, aunque tienes hipotecas, tienes una casa donde vivir y salir a la calle es tan peligroso como arañarse con la rosa comparado con la situación en la que vive la mayoría, no solo unos pocos, de los que viven en este mundo, que puestos a comparar, pensarían que esa hipoteca no es peor que el muro que mencionas en ese paraiso.

    ResponderEliminar
  17. Outsider: porsupuesto que me he percatado del paraíso en el que vivo, ahí es donde quería yo llegar, vivo, vivimos, en un paraíso rodeado de muros ideológicos y metafóricos que nos impiden ver lo que hay detrás,(luego también están los otros muros, los de verdad, como el de Palestina o la valla de Melilla, pero estos no se mantendrían en pie si no fuera por aquellos)

    ResponderEliminar
  18. Pero vosotros habláis de telones que son creencias que son muros que son costumbres que son animales que están vivos. Y cuando se cae un telón resulta que no hay nada... es decir nada de lo que pensábamos que había, pero es que tampoco nosotros nos parecemos a lo que esperaban los que miran del otro lado... y gracias a eso, a esas suposiciones, nos sentimos interesantes... porque, si no, ¿quién sabe?

    ResponderEliminar
  19. Tu antídoto me recuerda lo mismo que quiso hacer Descartes en su Discurso del Método, con la única diferencia que René tramposamente dijo: "vamos a poner todo en duda para empezar de cero nuevamente; lo único que no vamos a cuestionar es la existencia de dios", y ahí tiró a la mierda todas las buenas intenciones que planteaba en un principio.

    ResponderEliminar
  20. Así es: empezó bien, pero luego se arrugó. No es el primero ni, desgraciadamente, el último que ha justificado sus creencias mediante extraños inventos conceptuales como ese de las ideas "claras y distintas".

    Al antídoto quizá habría que añadirle algo así como "dudar especialmente de lo evidente".

    ResponderEliminar