domingo, 1 de febrero de 2009

Egoísmo inteligente

Sigo insistiendo en la idea de diseñar el futuro, aunque en esta ocasión voy a ser algo más concreto y dar una pista de por dónde podrían ir los tiros. Para ello me voy a basar en la experiencia de otros, porque aunque sea de necios seguir ciegamente la tradición, más necio aún es no aprovechar la experiencia.

La mano invisible de Adam Smith metaforiza un concepto que solo después hemos empezado a entender, el de la emergencia: de montones de comportamientos individuales, sin una dirección centralizada, se produce un resultado colectivo inesperado, superior a la suma de las partes. Adam Smith observó que la gente actúa movida por el egoísmo: si el panadero hace pan no es para que nosotros disfrutemos al comerlo, sino para obtener un beneficio. También observó que pese a la falta de dirección y al egoísmo generalizado, la sociedad funciona y genera riqueza, como si una mano invisible la guiase. Del egoísmo particular emerge un bien general.

Marx vio las cosas desde otro punto de vista. No vio el egoísmo en los humanos individuales, sino repartido por clases sociales. También observó un mundo que estaba muy lejos de ser idílico, y pensó que había que hacer algo por cambiarlo: no se podían dejar las cosas al albur del azar o de las clases dominantes. Había que dirigir y planificar. Además, el estudio de la historia le mostró que la lucha de clases solo podía tener un final: la llegada del proletariado al poder.

Los dos acertaron en muchas cosas y se equivocaron en otras. Adam Smith erró en su análisis de los éxitos de la sociedad: es verdad que la codicia individual es un estupendo motor para producir riqueza, pero también es verdad que la distribuye fatal. Pero acertó en su visión emergentista: dejando libertad al personal se consigue aprovechar una masa enorme de pequeñas ideas, de pequeñas iniciativas, de sinergias sorprendentes que ningún ministerio centralizado sería capaz de planificar.

Marx se equivocó en su estudio del pasado: vio necesidad en algo tan esencialmente contingente como es la historia. Y se equivocó, seguramente, por su incomprensión de la psicología humana. Tuvo en cuenta, y con razón, la influencia de la sociedad en el comportamiento de los hombres, pero despreció completamente la propia naturaleza humana y no vio que nacemos egoístas. Sin embargo, acertó plenamente en la necesidad de una planificación, en la necesidad de utilizar la razón para hacer que las cosas sean como queremos que sean y evitar las nefastas consecuencias de la codicia individual.

Tomando nota de los errores y fundiendo los aciertos tenemos la planificación de la emergencia. La idea es la siguiente: los humanos nos movemos por una serie de instintos básicos: vanidad, sexo, altruismo para con los próximos... Somos capaces de hacer casi cualquier cosa por conseguir prestigio entre los que nos rodean. Si la moda es vestirse de verde nos vestiremos de verde. Si lo que se lleva es ser un bestia, seremos bestiales. Instinto e influencia social: el primero pone la base, la segunda le da forma. También en lo positivo: estamos programados para colaborar con la tribu. Serán las circunstancias sociales las que nos digan si la tribu se limita a la gente de nuestro poblado o a la del país, la raza, la clase, la religión o la humanidad entera.

Cuando hablo de diseñar el futuro me refiero a diseñar un buen juego de estímulos que dirijan la emergencia en uno u otro sentido. No vamos a evitar el egoísmo congénito (a no ser que nos dediquemos a hacer ingeniería genética con la especie, que todo llegará), pero si podemos intentar redirigirlo hacía objetivos positivos. No vamos a dejar de ser vanidosos simplemente por quererlo, pero sí podemos hacer que el prestigio social esté relacionado con la inteligencia y no con la superstición, o con la honradez y no con la picaresca. Si leer a Kant estuviese bien visto, la gente leería a Kant en masa.

No estoy haciendo una declaración de intenciones. No se trata de imaginar que bonito sería si fuésemos de una manera o de otra. Se trata de utilizar la fuerza del egoísmo individual para alcanzar objetivos colectivos. Se trata de alcanzar un egoísmo inteligente. Pero esto exige diseñar todo un esquema de objetivos y de los incentivos adecuados para alcanzarlos.

10 comentarios:

  1. Si leer a Kant estuviera bien visto... habría una gran masa que aseguraría que lo hace y algún avispado que vendería un libro con muchas menos páginas que la critica de la razón pura asegurando un resumen de la misma que probablemente no tuviera nada que ver y cuando aquellos que dicen haber leido a Kant hablasen de su obra... en realidad hablarian de la del avispado.

    Por lo demás... de ilusión también se vive.

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  2. Ya, claro, me encanta tu clarividencia. Pero quien va a poner las bases para redirigir todo eso hacia un bien común? ¿Prestigio social de la mano de la inteligencia y la honradez? Si, eso sería la hostia. Pero para eso se necesitan a unas cuantas personas inteligentes y honradas que guien los pasos de los demás. ¿Tu sabes como hacerlo? A mi se me antoja muy complicado por no decir casi imposible. Vale, he mirado a ver que etiqueta le habías puesto a tu post. Utopía. Ciertamente, es lo que es. Aunque nunca está de más que reflexionemos y nos hagas reflexionar sobre estas cosas.

    Besos de buenas noches.

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  3. Queridos escépticos, tengo algunas preguntas para vosotros:

    1.¿Vivimos en el peor de los mundos posibles?
    2.¿Nada ha cambiado desde el neolítico?
    3.¿No hemos aprendido nada desde hace cinco mil años?
    4.¿Es imposible el cambio?
    5.¿Hay que renunciar a toda acción?
    6.¿Es igual la situación de la mayoría de la población de vuestro país que lo era, por ejemplo, hace doscientos años?
    7.¿Tiene algún sentido quejarse?

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  4. Hola Alberto:
    o no te creo o no te entiendo, o las dos cosas... cuando hablas de diseñar un futuro a través de un juego de estímulos que dirijan la emergencia en uno u otro sentido. Hablas del sentido positivo, pero cuál es ese "positivo"?
    ¿Cuál es el prestigio social inteligente? ¿y el honrado?. ¿ESo lo sería para tí o lo sería para todos?...
    Yo no te pido una praxis de la metodología que lo deje todo "clarinete". Pero hablar en estos terminos tan ideales a mí me pierde, quizás yo sea algo obtuso pero esos términos tan ideales ensombrecen las lenguas, creo que enturbian el fondo. Pero así somos los hombres llegamos y con nosotros también la guerra . ESto es lo que no ha cambiado desde hace 5000 años y lo que es imposible cambiar... que nos queremos sentir egoístamente inteligentes? pues nos quejamos ya que por lo menos no callamos hehehe que aquí el que calla otorga... aunque al fin y al cabo la ignorancia es la mayor de las sordas.

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  5. Visto lo mal que me explico necesitaré mucho espacio para deshacer las oscuridades de mi texto y de mis confusos pensamientos. Mientras llegan tales precisiones y por aquello de contestarte, me limitaré ahora a negar algunas cosas:
    1. No quiero que me creas.
    2. No pretendo erigirme en juez del bien y del mal.
    3. No sé a qué te refieres con “términos ideales”. De hecho, lo que propongo es abandonar los idealismos y tener más en cuenta la naturaleza humana.
    4. Sentirse “egoístamente inteligente” no tiene nada que ver con actuar de un modo “inteligentemente egoísta”.
    5. De que algo no haya ocurrido no se sigue que no pueda ocurrir.

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  6. Tienes razón al considerarme excéptico, lo soy de religión, pero no estaba criticando tus pensamientos, en realidad el primer paso para conseguir lo que propones pasa precisamente por creer que pueda pasar y exponerlo.

    A tus preguntas...

    Ciertamente, no se puede afirmar que vivamos el peor de los mundos posibles... todo es susceptible de empeorar. Los cambios producidos desde el neolítico van hacia adelante y hacia atras ciclicamente, probablemente estemos mas cerca de estar en el paso atras que en el paso hacia adelante. En 5000 años hemos aprendido que una construccion de hace 5000 años dura más que muchas de hace 50... pero era una tumba.
    El cambio no es solo posible... es seguro... lo que no es tan seguro es que el cambio lo sea a mejor, renunciar a toda acción aumenta las probabilidades de que ese cambio no sea positivo.
    Pero las comparaciones a 200 años vista, o incluso a menos no son válidas, hay quienes estaban mejor hace esos 200 años... solo hay que mirar el pais adecuado y como viven ahora.

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  7. como todo sistema con modulo, en este tema el modulo es el ser humano ( enfoque que dio smith) y marx unio todos los modulos analisando otros planos y llego a concluir mas en lo social, aunque ninguno de los dos profundiso miucho en el modulo, hoy sabemos un poco mas por suerte. es utopico lo planteado, totalmente y por suerte ,porque de planteos de ese tipo surgen ideas nuevas o parametros de resolucion nuevos, y no la actitud totalmente negativa y dialectica de alguno de los comentarios que lei recien.
    un sistema para que funcione tienen que funcionar sus modulos ( ej de modulos : celula, ladrillo, engranaje) y en este caso nosotros somos los modulos, lo bueno es mejorar y contagiar. en la historia siempre ahi modulos incontagiables ( leer el hombre mediocre de jose ingenieros), osea persona en masa o mediocre por naturaleza, , las personas no cambian ,si las generaciones, y es bueno ver el avance en la humanidad, lo que si es inevitable es lo malo por su simple existencia, pero tambien exite lo bueno y tambien el equilibrio, lo entretenido es ver de que lado estar. vean la pelicula zeithgeist en youtube, ta buena. y pasen por mi blog y vean lo que pinto a quien le interese, saludos desde argentina. aguanten los beatles!

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  8. ahi un libro de teorias evolutivas que se llama " el gen egoista" me han dicho que ta gueno.

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  9. Outsider: la del progreso es una idea decimonónica que el siglo xx se cargó definitivamente. Sin embargo, la ciencia supone un progreso en términos absolutos, al menos en el sentido de acumulación de conocimiento. Es verdad que hoy no se construye nada para que dure cinco mil años, pero ello es porque, sencillamente, a nadie le interesa.

    En cuanto a las comparaciones, está claro que en un mundo tan variado como el nuestro es fácil encontrar contraejemplos para cualquier cosa. Y también indicadores que apoyan cualquier postura. Teniendo esto en cuenta, pienso que los indicadores de mortandad infantil o de la liberación de la mujer son bastante importantes, y no creo que peque de ingenuidad cuando digo que en algunos sentidos, este mundo de mierda de hoy día es mejor que el mundo de mierda de hace doscientos años.

    En cualquier caso, tampoco tengo mayor interés en demostrar que las cosas van a mejor, más que nada porque no sé si las cosas van a mejor. Lo que sí me interesa es mostrar la posibilidad de cambio. Y que ese posible cambio no solo depende del azar, sino que también es consecuencia de las acciones combinadas de montones de humanos.

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  10. Hay un refrán que dice: a ese hay que echarle de comer aparte.
    Yo se lo he oído decir muchas veces a gente que aún mantenía viva en su memoria la instructiva experiencia de ver comer a un montón de gorrinos en una artefacto que para mí se llama "cocino". Siempre estaba el cochino gorrón que, sin atender a moral ninguna, dejaba sin alimento a los de al lado y, además, lo hacía con cierta violencia. La única manera de salvaguardar la supervivencia de los demás era echarle de comer aparte, pues.
    Se me ocurre que es una buena planificación de la emergencia.
    Ese comportamiento no ha cambiado desde el neolítico,o desde cuando quiera que existan los cerdos, pero claro que hemos aprendido a remediarlo. Y, no, no tiene sentido quejarse, porque ese pobre cerdo también tiene que comer. Se le castiga por tener un instinto de supervivencia más alto pero, en realidad, sus dueños comprenden su idiosincrasia poco altruista y le dejan comer en solitario.
    Así que el problema, tal y como yo lo veo, no es tan grave:
    1. Nos dan de comer en el mismo cocino la misma mierda todos los días y, aún así, nos pegamos por ella y nos la quitamos del hocico.
    2. Algunos seguiríamos pegándonos aunque nos cambiaran de cocino, pero si ese cambio implica pegarte por una comida que te gusta más que la otra, el problema se reduce mucho: es una cuestión de cantidad. Hay poca comida.
    3. Eso puede deberse a la falsa suposición por parte de los amos de que los disidentes somos pocos, pero cuanto más aumente el griterío más pronto se convencerán de que ha de crecer el suministro y no de cualquier cosa.
    4. La segunda parte del punto 3 suena mucho a la granja animal de Orwell, lo sé. Por lo tanto, suena a utopía y la utopía ya he visto que ha sido muy criticada en los comentarios previos.
    5. Los insaciables (hablo de egoísmo inteligente y no de codicia)tendrán, está claro, que producir su propio alimento o seguir pasando hambre. Cuando esto último sucede, es muy natural querer volver al cocino con todos y tragar lo que haya (es decir, volverse a poner la corbata o los tacones y callar).
    6. Nos tenemos que autoechar a comer aparte nosotros mismos, los cerditos vividores, antes de que nos engorden y no podamos movernos.
    7. Esto último no ha de ser un acto marxiano (o marciano) sino individual a tope (mi nuevo alimento es mío, es mi conquista), pero como me pareces un cerdo simpático, la pongo en común. Es posible que si acumulamos nuestras propiedades individuales, haya más suculencia colectiva, pero sin intentar comerciar con la saciedad ajena. Una vez lleno el estómago, inmediatamente,pero inmediatamente, se para y se disfruta de los placeres gástricos.
    8. Luego hay que ser egoístas (cada uno en su cocino), pero no siempre te lo puedes comer todo tú solo. Y eso genera plusvalía. Mucho ojo con a quien admites en tu cocino. Hay que seleccionar muy bien la nueva raza de cerdos. Te la pueden meter doblada. De modo que, para terminar, propongo una selección natural de los miembros del nuevo cocino basada en la ambición por el bienestar. Eso sí que genera una competencia inaudita: tener más bienestar que el cerdo de tu vecino.

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