lunes, 26 de enero de 2009

Autobuses ateos

El mandamás de la iglesia católica de Madrid es un tipo adusto y malencarado, con uno de esos rostros que reflejan el cabreo permanente de alguien a quien difícilmente se imagina uno alegrando los corazones de nadie.

La verdad es que no me extraña: acostumbrado como está a decirle a sus fieles lo que tienen que hacer, que haya otros que pretendan ejercer su derecho a hacer lo que les venga en gana le agria el carácter.

Una prueba de las que está pasando el pobre hombre la tenemos con la campaña atea que se ha desarrollando en algunas ciudades europeas y que llega ahora a Madrid. Ante su inminencia, su eminencia ha dicho que usar medios públicos "para hablar mal de los creyentes es un abuso que condiciona injustamente el ejercicio de la libertad religiosa" y que dichos medios “no deberían ser utilizados para socavar derechos fundamentales, tampoco el de los creyentes a no ser heridos y ofendidos en sus convicciones".

Hay varias cuestiones que llaman mi atención: el primero es lo de la libertad de expresión. No entiendo eso de que se condicione con la campaña. ¿Por qué, por decir lo que se piensa? No se está prohibiendo a nadie nada, no se está impidiendo a nadie que se exprese. Simplemente, un grupo se está expresando. Entonces, ¿qué se condiciona? La iglesia católica muestra sus signos públicamente, sus iglesias no son en absoluto clandestinas, y sus jerarcas organizan actos públicos en los que hacen ostentación de sus ritos. ¿Por qué los autobuses condicionan la libertad de expresión y no Rouco cuando sale en público con su crucifijo y sus faldas? De veras, no lo entiendo.

Otra cuestión es lo de que la campaña habla mal de los creyentes. Copio de nuevo aquí el texto para tenerlo presente: “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida”. ¿Dónde se está hablando aquí mal de los creyentes? De hecho, ¿dónde se está hablando de los creyentes?

De todas formas, y retóricas a parte, todo se aclara cuando Rouco manifiesta que los creyentes tienen derecho a nos ser ofendidos. Es decir, que mi pensamiento les ofende y, por tanto, me lo tengo que callar. No solo eso, sino que el Estado debe encargarse de que me calle si resulta que soy lo suficientemente perverso como para no hacerlo por propia voluntad. Es tan espeluznante que se pueda decir esto y por tantas razones que me asusta. ¿Por qué decir que dios no existe hiere y ofende y, sin embargo, decir que sí existe no hiere ni ofende? Seguramente estas asimetrías formarán parte de algún misterio teologal.

En cualquier caso no deja de ser gracioso que hable de ofensas quien sin ningún pudor cree que muchos de nosotros merecemos no una leve reprimenda, sino ser castigados cruelmente en el infierno por toda la eternidad. ¿No deberíamos ser los pobres ateos los que nos sintiésemos heridos al ser tan duramente tratados? Total, por un errorcillo de nada...

Para cerrar el tema solo se me ocurre una cosa más: ¡Viva el transporte público!

4 comentarios:

  1. Despues resulta que abogan por la objeción de conciencia a la asignatura de ciudadanía en la que no se lo que se estudia pero que solo por el nombre me parece que es algo de lo que se escasea...

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  2. Al señor Rouco más le valía preocuparse de sus fieles que seguro que tienen muchos problemas y dejar a los demás en paz. ¿Se están usando medios públicos para hablar mal de los creyentes? Anda que ya le vale. Yo pensaba que usar los medios públicos era retransmitir todos los domingos por la televisión estatal una misa. Lo único que no me gusta de toda esta publicidad y que ya he dicho en una ocasión que casi preferiría que no hubiera que hacerla, es ese "Probablemente" . No habría dejado yo ni siquiera un resquicio para la duda en la frase, pero bueno.

    En fin, estos señores siguen empeñados en llevarnos a todos al redil. Qué pesadez y que forma absurda de gastar energías. Ya me gustaría a mi tener una charla con el "amargao" este. Entre otras cosas le aclararia que a mi cuando me muera si me quieren castigar en el infierno y durante toda la eternidad, me es indiferente la verdad. Lo único que me da por culo de tener que ir al infierno es que me los voy a encontrar allí también.

    Nasnoches. :)

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  3. ¿No creeis que hay un parecido razonable entre Rouco y Paco Clavel?
    A que se parecen.

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  4. Sí, se parecen, aunque solo en el físico: en lo moral nada de nada: Clavel es un buen tipo.

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